Hawaii, un paraiso en medio del interminable oceano. Tienen el clima perfecto, entre 18 y 33 grados y un tipo de vida de lo mas relajado.
No he podido llegar en peor estado, sin dormir la noche anterior que me fui de fiesta, con gripe ganada a pulso tras tantas noches golfas, tras 6 horas de avión, con los oidos totalmente taponados y jet lag. Y sobre todo con gran penar de corazón, que pena despedirme de Valeria, Emmanuel y cia.
Posiblemente nunca vuelva a San Francisco, y si lo hiciera, como diría Heráclito, ni el río sería el mismo ni yo tampoco.
Eso si, se agradece el clima calido, el ambiente surfero, los paisajes increibles. Y el poder dormir 12 horas sobre todo.
